Ha Sido

El 18 de abril, policías federales irrumpieron en una fiesta privada gay en Palermo. Ahora, el fiscal nacional de Investigaciones Administrativas acusa a los efectivos por graves delitos y pide que declaren penalmente. En su dictamen resalta que hubo vejámenes y discriminación (léase empomadas e insultos típicos como mascabultos o sobaquenas).
"Fue una razzia del más viejo estilo", declaró uno de los partycipantes. La fiesta fue interrumpida por un grupo de federales al grito de "puto de mierda" y "todos con el culo en la pareeeeed, llego eeeeeeel Bambino (por Hector Rodolfo Veira)".
Le dedicaban los insultos, las burlas, el escarnio macho y duro, al centenar de gays (o maracas como les gustaba gritar a los representantes de la ley) que participaban de la fiesta privada en la disco Cero Consecuencia.
Los mantuvieron en fila, encerrados, sin orden de allanamiento, mientras los exhibían al vecindario con las cortinas de las ventanas corridas y les aplicaban el duro castigo por ser simples mariposones, el cual consistía "en un chas chas en la colita y algunos arañazos", según relato, off the record, uno de los polis implicados en el procedimiento.
También concluye que no fue sólo discriminación: el objetivo inicial era lograr una coima, descartando la hipótesis de la búsqueda desenfrenada de petes, o atajos por colectora, como se especuló en un primer momento.
El procedimiento tuvo el inicio en una llamada anónima al 101 diciendo que en ese lugar, Cabrera al 3700, se estaba vendiendo droga. Con ese solo dato los policías se dieron a la tarea de requisar a la concurrencia, sorprendida en medio de una todavía tibia fiesta nudista. Los organizadores son el grupo que se anuncia en Internet, de manera muy profesional, como www.grupolosfiesteros.com . Son cientos de gays que se inscriben vía e-mail y reciben información reservada sobre los lugares de encuentro que se realizan cada mes. Los lugares suelen ser saunas, bares o discos. En este caso, la cita era para los de hasta 35 años, con el culo dilatado solo hasta 9 cm, sin pelos en el pecho y con hasta 3 tatuajes y/o aritos.
De manera que es imaginable el momento en que los hombres de la Federal se enfrentaron al grupo y prendieron las luces, apagaron la música y engrosaron la voz (jejejej). Clásicos, al fin, obligaron a los presentes a formar "¡Dos filas, carajo!" y a "Sacarse la pija de la boca, balín de mierda". Los aún vestidos (la minoría) por un lado; los desnudos por el otro. Primero les exigieron identificación a los primeros y luego requisaron en el guardarropas las prendas de los segundos, encontrando minifaldas, tangas y tacones de hasta 10 cm.
Lo que no supieron explicar era que hacia en ese lugar dos uniformes de policía, con los rangos de comisario y suboficial a cargo, desparramados entre tantas plumas.
Aquella noche, una hora después del ingreso de la policía al local, uno de los asistentes, Franco Giendo, alertó a la oficina de la Comunidad Homosexual Argentina. César Petettieso, Marcelo Agachateyconocelo y el abogado Pedro C. Lacome tuvieron que forcejear con algunos uniformados de la 21ª hasta que lograron entrar, no sin antes arañarle la cara a dos oficiales y hacer una escena de histeria delante de los vecinos curiosos por ver tantas mariposas juntas.
Una vez que penetraron el fornido vallado policial, se pusieron como locos (o locas) y intimaron a las fuerzas policiales a que acaben con tanto maltrato, e inmediatamente se contactaron para iniciar una demanda por maltrato, físico y psicológico, y humillación publica, debido a que pusieron en evidencia la inclinación sexual de mas de 60 personas, al margen de que los mascabultos vestían plumas y ajustadas minifaldas, "no tenía nada que ver que se sepa que se sientan en el pelado" concluyó, eufórico, el fiscal que lleva adelante la causa.